miércoles, agosto 17

Abejas

Los bomberos les echaron agua con jabón.
La espuma las atontaba, las arracimaba
entre las piedras del patio, obra además
de la escoba con que eran barridas
como volutas de madera que ya no sirven
al diseño original. Sus zumbidos
quedaron apagados tras del vidrio,
las sobrevivientes revoloteaban sin rumbo
alrededor de su reina.
Momentos antes, habíamos subido a la azotea
a mirar cómo el panal refulgía en lo alto de un árbol
de nombre desconocido, hermoso y letal
entre la transparencia de las alas.
La belleza es así:
nos impele a destruirla.

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